Sin prisas ni urgencias
De cómo el ingenioso youtuber tiene las patas finas hoy de subir ayer con la bici.
No sé si doy envidia diciendo que estoy tirado en la cama del hotel en Gran Canaria.
Me podrías decir: "«Sal a la piscina, atontao».
Hay una clase de aquagym y hacen ruido.
En fin.
Que estoy en el Training Camp.
Quinta edición.
Ayer hice casi cien kilómetros de bici con 2.200 metros de desnivel.
Para mí todo un hito.
Y lo hice prácticamente sin parar. Algo más de cuatro horas.
Despacito.
Sin fliparme al principio.
Controlando los ritmos y los watios.
Y me centré en pensar, en disfrutar de lo que veía.
A veces era la calzada, porque no quería mirar adelante.
A veces giraba la cabeza y veía todo lo que iba subiendo.
Con Las Palmas al fondo.
Y si te paras a pensar, casi todo se consigue así.
Despacito y huyendo de las motivaciones que lo atolondran todo.
Un paso. Luego otro. Y el tercero.
Y a veces piensas, cuando vas por el 1.500, que no puedes dar un paso más.
Pero pones un objetivo tan a corto como dar el siguiente.
Y otro.
Y otro.
Y otro.
Y sin darte cuenta llegas a 4.000. O a treinta kilómetros, o a estudiar cuando pensabas que no ibas a estudiar.
Yo qué sé, el ejemplo que quieras.
Sin prisas ni urgencias.
Y disfrutando del camino, de la introspección, de lo que aprendes.
Y luego llegas arriba del todo, te haces una foto, das una vuelta, y piensas: «pues era más bonito cuando estaba subiendo».
El camino.
Lo bonito es intentarlo y ver que lo estás consiguiendo.
Mañana en un rato hago una taza de Mr. Wonderful con esto.
Circulen.
Diego Rodríguez escucha pájaros al otro lado de la ventana.
Diego Rodríguez ha comido hoy mucho en el desayuno.
Diego Rodríguez sueña con estar en su casa.