No tengas hijosdeputa en tu equipo
De cómo el ingenioso youtuber vio una carrera de coches y pensó en qué mal está el mercado laboral.
El domingo estuve viendo la Indy 500.
Diego, ¿qué coños es la Indy 500?
Diego, ¿otra vez con mierdas?
Pues pilotos dando vueltas a un circuito durante tres horas.
Burrum burrum.
Lo guay es que van a toda hostia (a más de 300 kilómetros por hora) y siempre pasan cosas. Entre ellas que hay muchos accidentes.
Ganó un español.
La cosa es que en una de las paradas a repostar, un coche rojo, blanco y verde se pasó de frenada y atropelló a varios de sus mecánicos, que estaban prestos y dispuestos a cambiarle las ruedas y echarle gasolina.
El tío iba líder en ese momento.
A uno de los mecánicos literalmente se lo llevó por encima. Yo creo que le destrozó la pierna.
Se lo llevaron en camilla.
Lo que me sorprende es el piloto, que lejos de ir a toda leche a preocuparse por su gente, lo primero que hizo fue acercarse a los monitores de los listos, los que miran telemetrías y demás, a seguir la carrera.
Los ingenieros, que no me salía la palabra.
Al rato le entrevistaron y dijo que la Indy 500 era esto, que no hay enemigo pequeño, que cualquier fallo te puede costar la carrera y que el año que viene volvería con más ganas.
Y que el fútbol es once contra once y que su sueño de pequeño siempre había sido vestir esta camiseta.
Mierdas de esas.
Ni una puta mención a su mecánico.
Ni un «muy preocupado por el estado de mi compañero» o «lo que más me duele es el accidente de mi mecánico».
NA-DA.
No tengas hijosdeputa en tu equipo.
Es mi recomendación sencilla de hoy: huye de los que solo piensan en sí mismos, los que no se interesan por ti, los que no tienen un qué tal en la boca o un en qué te ayudo.
Los que te tienen como una mera herramienta de trabajo, a su puta casa.
Y ya.
Circulen, nunca mejor dicho.
Diego Rodríguez escucha Keke Rosberg de Siniestro Total.
Diego Rodríguez ha comido hoy bocadillo de jamón.
Diego Rodríguez sueña con que le duela menos el Aquiles.