La velocidad a la que vivimos nos va a matar
De cómo el ingenioso youtuber leyó un artículo buenísimo sobre lo acelerados que vamos, y se puso a reflexionar al respecto
Vivimos demasiado deprisa. Y en algún momento dado, pagaremos las consecuencias.
Seguro. Las vamos a pagar se-gu-ro.
A no ser que cambiemos, claro.
Te voy a contar algo que va a sonar fuerte pero es la pura verdad: escuchar en “modo acelerado 1.5x” te está matando lentamente. No es solo que pierdas información contextual, es que tu rendimiento baja y la ansiedad sube.
¿Te parece un buen trato? No, ¿verdad?
Esto no me lo invento yo. Lo dice un artículo que salió el domingo en La Voz de Galicia y del que se hacía eco José Armando Tellado, el CEO de Central Lechera Asturiana.
Hablaba de cómo el exceso de estímulos nos deja el cerebro frito. Y ahí no acaba la cosa: nuestra salud mental también sufre. Vamos, un chollo.
Vamos con prisas a los sitios.
Apenas escuchamos.
Pensamos que estamos a siete cosas al mismo tiempo (cuando no es cierto, estamos mal a seis).
Estoy leyéndome el libro de Johann Hari El valor de la atención, y es oro puro. Está a la altura del de James Clear. No te exagero.
Ahí lo mismo exagero un poco, sí, es cierto.
Lo que viene a contar Johann es que el exceso de información es lo que nos está matando. Las redes sociales son solo la punta del iceberg. Pero hay que ir más allá. Es tanto el volumen de datos que pulula a nuestro alrededor, que no podemos gestionarlo y no ponemos el foco en absolutamente nada.
Y como no queremos perdernos nada (el FOMO de marras), escuchamos los audios a más velocidad, leemos en diagonal, y solo vemos los primeros cinco segundos de los reels.
Vamos, que leer entero un artículo espectacular, como por ejemplo este, es imposible.
Y una pena.
Párate a pensar: ¿cuántas veces has cambiado de tarea en los últimos cinco minutos? ¿Cuántas veces has revisado tu teléfono mientras hablas con alguien?
Creemos que estamos en todo… y no estamos en nada.
Y nos está pasando factura. Según Hari, los adolescentes solo pueden concentrarse durante sesenta y cinco segundos en una tarea, y los adultos apenas tres minutos. Estamos hablando de una crisis de atención a gran escala.
Frena.
Freeeeeeeeeeeeeeeena.
Asume, como dice Oliver Burkeman, que no vamos a tener tiempo para todo lo que querríamos hacer en esta vida, y dedícate a tratar de hacer lo mejor posible aquello para lo que sí tienes tiempo.
Aquí lo fácil es que te dijese que «disfrutes de lo que haces». Pero sé que es jodido salir de la rueda.
Yo salí, también es cierto. Así que poder se puede.
Pero como primer punto, piensa todo el tiempo que dedicas a ir con prisas en cosas que realmente no necesitan que se la metas. ¿Por qué no dejar el móvil junto a las llaves al llegar a casa?
Ningún WhatsApp es realmente importante (Johann da datos en su libro, en el primer capítulo).
Quita las notificaciones.
Lee más.
Y si ves que el mundo a tu alrededor va a más velocidad de la que puedes asumir, pues te apartas un poco, que pasen el resto como borregos, y tú piensas cómo seguir a un ritmo en el que estés a gusto.
Y punto.
Y si no estás suscrito a mi newsletter, pincha aquí abajo para que te llegue directamente al mail.
Diego Rodríguez escucha Vamos a olvidar de Soleá Morente.
Diego Rodríguez ha comido hoy una tostada de pan de molde con mermelada de melocotón.
Diego Rodríguez sueña con que la visita al médico no sea muy larga.