A Alex Ubago no le va a gustar esta newsletter
De cómo el ingenioso youtuber reflexiona sobre la memoria, la falta de atención y lo satisfactorio que es esforzarse.
El otro día estaba tomando una cerveza con una chica. Charlábamos de música, de la que nos gusta y de la que no, y de repente nos pusimos a listar los grupos y cantantes de principios de los dos mil que nos parecían un auténtico coñazo.
—Sí, el vasco ese...
—Sí, que tenía una canción muy pesada, que le dejaba la novia o que no le gustaba a una chica...
—Sí, hombre, que sonó muchísimo...
Ambos sabíamos perfectamente de quién hablábamos, pero el nombre no nos venía a la cabeza. Hice el acto reflejo de coger el teléfono para buscarlo y salir de la incertidumbre.
Mi interlocutora me detuvo y dijo que no, que dejase el móvil, que teníamos que acordarnos sin buscarlo. «Joder, es que si no, no trabajamos la memoria nunca», argumentó con toda la razón del mundo.
La conversación quedó ahí. Seguimos bebiendo y hablando de otras cosas.
Terminamos comiendo unos mejillones malísimos, por cierto.
Al día siguiente, en clase de restauración de muebles (sí, voy a clase de restauración de muebles, qué pasa), volví a darle vueltas al asunto. Era vasco, joven... David Civera, Raúl, Pablo Alborán...
No, no era ninguno de esos nombres.
¡Alex Ubago!
Tardé diez minutos, removí todos los recovecos de mi cabeza, pero al final terminé acordándome. "Sin miedo a nada" era la canción en cuestión. Anda que no sonó en las radiofórmulas…
(no me hago responsable de que, si pincháis en el enlace, estéis toda la mañana tarareándola)
La moraleja de hoy es que estamos perdiendo el hábito de ejercitar la perola.
El coco.
La cabeza.
Lo de ahí arriba.
Cada día nos volvemos más vagos, no profundizamos. Vivimos en 280 caracteres, escuchando a 1,5x (lo que, como dije hace unos días, han demostrado que nos va a freír el cerebro)
Esto de no trabajar la memoria tiene mucho que ver con lo que sucede en los negocios hoy en día.
La gente está obsesionada con la inmediatez, con la respuesta rápida, con la solución fácil.
Pero entre nosotros: el éxito está en tener paciencia y picar piedra.
El SEO es mejor que el SEM. Se pongan como se pongan los del SEM.
El largo plazo es mejor que el corto plazo.
Así que, mi recomendación, otra vez, es no ser como el resto.
Que sí, que se puede buscar la salida fácil, pero es mejor no conformarse con lo sencillo. El teléfono es útil, pero no puede sustituirnos. Es como lo que contaba el otro día de la IA.
¿A que no quieres ser un mediocre?
A veces mola más el camino largo.
Parafraseando a Rick Rubin (como ayer, lo sé, me repito): «No hay atajos. El ganador de la lotería no es feliz a la larga con su golpe de suerte. El hogar que se construye deprisa y corriendo rara vez sobrevive a la primera tormenta. El resumen de un libro o el titular de una noticia no sustituyen a la historia completa».
Y si necesitas ayuda con el SEM, pues aquí estamos Judit y yo.
(Sí, esta última frase ha sido un call to action como la copa de un pino).
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Ahora, a hacer cosas guays, que ya va siendo hora.
Diego Rodríguez escucha Mucho tiempo contigo de Niña polaca.
Diego Rodríguez no ha comido nada hoy aún.
Diego Rodríguez sueña con correr por el pinar mientras Julia está de cumple.